miércoles, 1 de abril de 2009

Góndolas en Venecia





Il ferro es quizá el elemento más llamativo de las góndolas. Y además, de ser un adorno – que representa los sei sextieri o barrios venecianos-, sirve, principalmente, para defenderse y/o minimizar las colisiones con otras embarcaciones que circulen por los estrechos canales.
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El nombre de góndola – según dicen los etimólogos- viene del griego kónduros, que significa de cola recortada; así que, también aquí la parte sirve para designar el todo.






Vista desde arriba la góndola no es simétrica – es decir, tiene forma de creciente lunar- está más curvada hacia estribor; lo cual permite al gondolero – situado en la popa y hacia babor- apoyar el remo en la fórcola para impulsar la embarcación; en vez de hacer que ésta gire sobre sí misma.





La fórcola es un prodigio de ingenio y el resultado de una larga evolución en el tiempo, se construye en madera de nogal y permite - en 8 posiciones - usar la pala indistintamente como remo, timón, palanca o simultanear varias funciones.








Proa y popa están ligeramente alzadas; lo cual, junto con el fondo casi plano de la embarcación, permite a los gondoliére maniobrar con rapidez, pese a la excesiva eslora. Naturalmente, esto las vuelve inestables en el gran canal e impracticables en la laguna; pero para esas finalidades, ya existen, respectivamente, los traghetti y las barche.

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El color negro, que tanto morbo tiene para algunos, viene – imagino- del antiguo calafateado de las embarcaciones, sustituido – luego- por un lacado sucesivo. ¿Y el rojo bermellón de las butacas? Viene – creo- del granate utilizado en el antiguo estandarte veneciano, que algunos gustan sustituir por brocados, también muy venecianos.




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